jueves, 29 de septiembre de 2011




Dicen que en este tablero hay una serie de reglas pero yo veo que las fichas se mueven como les da la gana. La realidad es saber que las normas no existen. Que alguien porque se esfuerce no siempre va a tener su beneficio. Que una persona buena no le van a tener que pasar cosas buenas por obligación, y viceversa. Que no te confundas compañera, que aquí todo vale. No salves el culo de alguien, porque seguramente los demás nunca salven el tuyo; y si lo encuentras no lo dejes escapar, aunque va a ser difícil. Vivimos en un mundo en el que las personas solo piensan en ellos mismos y después, en ellos, y más tarde en ellos otra vez; y si luego les da por ahí, pueden que se preocupen del perro de la vecina. Porque las reglas no están escritas, pero tú, puedes cambiarlas. Porque el mundo es feo y malo pero le miro a la cara todos los días. Porque, que si aquí nada es justo, yo seré injusta. Si son unos cabrones o cabronas, a mí a eso nadie me gana y si quieren que juguemos, jugaremos, con las mismas cartas.
Cuando pienso en ti y miro tus ojos llenos de una luz que atrapa mi alma sé que te necesito, que sólo por ti vivo, que tus suspiros son mi respiración.
En tus brazos encuentro una eterna paz de la que no quisiera separarme jamás, porque te amo tanto como no imaginas, como si mi universo fuera sólo este inmenso amor que nos rodea, del que nunca podría separarme, porque moriría.
Mi mundo está rodeado de ti, impregnado de tu amor que me incita a sentir que tú eres mi destino.
Hay miradas que sin duda dicen más que mil palabras y que al verlas todas juntas son como espejos del alma. Hay miradas que cuando miran son hirientes y lastiman, en cambio hay otras tan serenas que consuelan y acarician.
Hay miradas insistentes, misteriosas, recurrentes y las hay indiferentes, como las de tanta gente. Hay miradas que ocultan verdades que dañan y las hay que en la diaria lucha fortalecen y acompañan.
Hay miradas que perdidas entre miles de miradas andan solas por la vida en busca de otras miradas y hay miradas que cautivan por lo bellas y profundas, como tu mirada azul, que me atrapa día a día.
Hay miradas que por tristes enlutan a quien las viste y hay esas miradas dulces que ennoblecen a quien las luce. Hay miradas que derriten hasta el corazón más duro e iluminan suavemente el pensamiento más oscuro.
Hay miradas que perdidas entre miles de miradas andan solas por la vida en busca de otras miradas...