Sí, lo reconozco, me siento con ganas de comerme el mundo, de afrontar cualquier cosa que se me ponga por delante, de no callarme nada.

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Sabes que te quiero y que no puedo olvidarte en ningún momento. Sabes que me tienes donde quieres, que me has tenido y me tendrás siempre. Sabes que mis días son tus días. Sabes que me tienes enganchada, que no me vas a soltar y yo, menos aún. Que eres la palabra más bonita, la luz más clara y la droga más dura que jamás podrá existir. Déjame decirte, que algunos dicen que nada es para siempre, pero que me harías la persona más feliz del mundo, siendo tu nada.